Hay varios modos de recordar esta fecha tan especial, no todos los americanos y ni los europeos la interpretamos de la misma manera, les dejo aquí, algunas formas de ver el mismo hecho histórico.
1)
De Galeano, Eduardo. Los hijos de los días. Montevideo, febrero de 2012.
2) Méjico. Plaza de las tres culturas. En la Zona Arqueológica de Tlatelolco, frente a la iglesia de Santiago, hay una placa alusiva a la conquista de América.
EL 13 DE AGOSTO DE 1521
HEROICAMENTE DEFENDIDO POR CUAUHTEMOC
CAYO TLATELOLCO EN PODER DE HERNAN CORTES
NO FUE TRIUNFO NI DERROTA
FUE EL DOLOROSO NACIMIENTO DEL PUEBLO MESTIZO
QUE ES EL MÉXICO DE HOY
3)
Todo está en la palabra… Neruda
Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro
de una frase que no la esperaba y que le obedeció…
Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen
de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar
por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas…
Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras,
por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos,
con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras,
como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma.
Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro
y dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo…
Nos dejaron las palabras.
de una frase que no la esperaba y que le obedeció…
Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen
de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar
por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas…
Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras,
por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos,
con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras,
como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma.
Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro
y dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo…
Nos dejaron las palabras.
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